Éranse unos amigos que no habían visto "nunca" de día las calles engalanadas de las Festes de Gràcia...
Érase una vez un niño que no quería salir de casa, que no quería ir a donde le proponían sus padres, decía que le daba igual y montaba el pollo, lloraba y renegaba todo el viaje hasta que veía que el mundo estaba ahí fuera, lejos de los juegos de ordenador y las páginas de internet.
Érase otro niño que decía que en Vilanova todo era mejor y que nada le sorprendería... ya le llevaremos a la Festes de la Mercé para que vea el correfoc de Barcelona... y que compare un poco.
Érase una vez un barrio que se volcaba en sus calles y plazas.
Érase otro niño que decía que en Vilanova todo era mejor y que nada le sorprendería... ya le llevaremos a la Festes de la Mercé para que vea el correfoc de Barcelona... y que compare un poco.
Érase una vez un barrio que se volcaba en sus calles y plazas.
Érase una vez unas calles engalanadas que convivían con el incivismo de unos pocos...
Éranse unas calles que tenían que contratar vigilancia privada por las noches para que llegaran mas o menos enteras al domingo cuando se da el fallo del concurso de calles...
Éranse unos vecinos que tienen que hacer guardía de día para proteger sus adornos...
Érase un barrio que se volcaba en sus fiestas...
Érase la ilusión y la mirada de un niño...
Érase que se era, calles y plazas de ensueño...
Niños por un día...
Marcianos, seres extraños, raros...
Año tras año las calles de Gracia muestran la ilusión y la fantasía de forma popular, un gran bien para la ciudad que cada vez parece, dicen, q va a menos porque son los jubilados quienes mas se implican y reclaman un cambio gerenacional que no llega. Las calles de Gràcia seguirán bastantes años pero, si no las cuidamos, si no nos implicamos todos, es una cosa que puede desaparecer... como la ilusión de algunos niños que no quieren ser niños y se quieren quedar jugando con la Pley!!!!
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